Salamanca, 27 de junio de 1997, constitución de la asociación de Empresa Familiar de Castilla y León (EFCL). El tiempo ha pasado -deprisa, pero bien- y es momento de hacer balance. Aquellos emprendedores de Salamanca, liderados por el ya fallecido Mariano Rodríguez, tuvieron la visión de soñar con algo que les agrupara como empresarios familiares. Soñaron con el sitio de su recreo, un lugar a donde les llevase la imaginación para lograr la continuidad de sus sueños, sus empresas familiares.
En poco tiempo, el proyecto cobró ámbito regional.
Había un hueco que cubrir en el asociacionismo empresarial: la empresa familiar quería defender su identidad propia. 25 años después, el sueño sigue vivo.
Balance
Permítanme hacer balance a través de estas líneas. Primero, mediante la formación y la información, la asociación ha ayudado a que muchas familias empresarias sepan cómo abordar sus retos de continuidad, especialmente los procesos de sucesión.
Segundo, se ha trabajado para defender los intereses específicos de las empresas familiares, ayudando a los diferentes gobiernos a conocer la problemática específica de este tipo de empresas para que las decisiones en política económica y fiscal faciliten la continuidad de la actividad y la creación de empleo.
Tercero, la asociación ha contribuido a poner en el mapa el concepto de la empresa familiar en la sociedad, medios de comunicación, escuelas de negocio o centros educativos (como universidades, colegios y centros de FP).
Cuarto, EFCL es el lugar en el que las familias empresarias no se encuentran solas, donde se conocen las mejores prácticas, se comparten anhelos y se comparten en voz alta.
La historia continúa
La historia continúa. Queda mucho por hacer. Estos 25 años han sentado las bases para entender la importancia de las empresas familiares en el desarrollo económico y social de Castilla y León. Pero queda mucho por hacer.
Las empresas familiares quieren ser protagonistas del cambio. Y lo demuestran cuando, a pesar de una dura pandemia, una coyuntura económica adversa e incluso una devastadora guerra, siguen ahí, luchando por continuar en la brecha, con las luces largas del largo plazo por bandera, con una gestión ágil basada en los valores, y con procesos innovadores que les permitan competir con los mejores. Vamos a por otros 25 años, comprometidos con el futuro.
Comments